Ése eres tú: conseguiste un buen asiento a una distancia perfecta de la pantalla. Te encuentras rodeado de todo un arsenal de maíz, sal, mantequilla, azúcar, hielos, gas y, por qué no, más azúcar. El ritual está a punto de comenzar. Esperas la trama de siempre, con los sustos cotidianos pero, sin lugar a dudas, mucha diversión.
Sin embargo, esta vez sientes algo diferente: te topaste repentinamente con esta recomendación y llegaste al cine prácticamente para matar tiempo, pero desde que It Follows (en español Está detrás de ti *Facepalm) da inicio, entiendes que verás cine de terror con un sello marcadamente distinto.
La historia está totalmente hecha para disfrutarse, por lo que es bastante sencilla: una joven recibe una maldición después de echar pata con su crush, por lo cual una entidad la perseguirá a dondequiera que vaya y ésta podrá tomar cualquier forma que solo ella podrá ver; de ser alcanzada por este ser, morirá de una manera terrible. La única manera de deshacerse de esta pesadilla es pasársela a una persona distinta a través de otro buen “empiernamiento”.
Sí, te diste vuelo y te divertiste adivinando el momento preciso en el que llegaría un screamer en los tráilers de otras películas de terror próximas a estrenarse, por lo que puedes agradecer que en este film del joven director norteamericano, David Robert Mitchell, se deje de utilizar este recurso barato para asustarte a través de una tensión que no cesa (con suerte) hasta que las luces vuelven a iluminar la sala. También podrás notar que Mitchell es un gran aficionado de varios afamados directores del género. Tanto así que empieza a crear su sello personal con esta joyita.
Aunque al terminar It Follows te empiezas a hacer preguntas ridículas, tales como “¿Qué habría pasado si la chica hubiera participado en un Gang Bang o en una buena <<horchata>>?”, te sientes satisfecho de haber visto cine de terror gabacho “comercial” de muy alta calidad, pues al salir del cine para perderte en la oscuridad de la ciudad, la garantía de calidad de esta cinta llegará cuando voltees la cabeza de cinco a seis veces por minuto, anhelando que nadie esté siguiendo tus pasos; muriendo poquito al recordar que nadie será capaz de avisarte que ya te está respirando en la nuca…
¿Aún no te animas? Checa el trailer