mayo 22, 2025
No, no es albur

Hace algunas entradas, hablábamos de cómo las filtraciones y los spoilers arruinan, de momentos, la ilusión y la esperanza de quienes antiguamente nos acostumbramos a no conocer nada acerca de lo que esperábamos, ya fuera la película, o el juego o la serie.

Cuando acudí al cine a ver La Resurrección del Refri, no esperaba realmente mucho de la película, había visto La Batalla de los Dioses y con el respecto de un humor que, realmente taché de infantil, creí que la época de emocionarme con las batallas había quedado atrás hasta que salga la película de Boruto, qué equivocado estuve.

Desde el anuncio de la segunda parte me vi bombardeado de trailers, anticipos, nuevas transformaciones y todas esas cosas que llenan el mundo virtual intentando hypearte… fue tanta mi desilusión con la película anterior, que no miré nada, en lo absoluto, llegué al cine en blanco, sin saber qué esperar (obvio esperaba la resurrección de Freezer pues… porque así se llama la película).

Desde los primeros minutos me sorprendí, la película logró combinar mejor el humor infantil de las nuevas generaciones que se acercan, con un humor más adultos de aquellos que nos negamos a madurar, poco a poco la temática me fue envolviendo, no estoy muy seguro si fue eso o era la empapada de emoción que me daba de los presentes, pero algo había en la película que me comenzó a robar mi sonrisa y mi atención.

Los nachos quedaron a un lado (obvio no, porque NACHOS <3, pero imaginemos que así fue), las palomitas las tiré al suelo (eso sí pasó en realidad) e ignoré la compañía; por instantes, me sentí de nuevo como hacía años no sentía, con la emoción y ganas de ver a los héroes patear traseros ¡Y así fue!

La película muestra de nuevo una renovación que bien hacía falta en la serie, animaciones más actuales y efectos que son agregados adecuadamente, como lo mencioné antes, el humor logra un buen equilibrio y lo mejor, la historia evita algunos giros clásicos de la serie que si bien eran apreciados, ya era tiempo de renovarlos.

Como dije antes, al acercarme sin haber visto algo de la serie ayudó a muchas de las sorpresas, yo sí me emocioné, grité y pateé la butaca de enfrente haciendo llorara al morrito que no entendía qué carajo pasaba con el ñor ( :’( ) de atrás, pero esto, no creo que sea necesario para apreciarla, pues de haber visto antes lo que me esperaba, sin duda el impacto hubiera sido menor, pero no por esto menos placentero.

Obvio no es posible esperar que se maneje como la serie, aspecto del cual escuché a muchos quejarse al salir de la sala, pero si eso hubiera sido posible, tendríamos que ser capaces de aguantar sentados en butacas ocho horas para que se transforme cada personaje a su fase final, gracias pero no gracias.

La película es un agrado, da sentido a lo que ha pasado y a lo que viene, manda al demonio a GT (oh god, yes!) y si no es lo mejor que mostrará el verano, sin duda es algo digno de ver de cualquier fan de Dragon Ball.

Mi única queja es la escena post credits, muy gratuita y casi me orino por estar esperando.